17 ene 2016

DESALOJADOS 162 MENORES DE UNA FIESTA EN UN LOCAL CERRADO HACE DOS AÑOS






La Policía Municipal clausuró el pasado fin de semana, en el distrito de Chamberí, una fiesta en la que había menores bebiendo alcohol dentro de un local que llevaba cerrado unos dos años, según fuentes municipales. Los agentes comprobaron que el establecimiento carecía de las mínimas medidas de seguridad, entre las que destacan cuadros eléctricos sin proteger y la inexistencia de extintores y de mangueras antiincendios.

Los agentes recibieron una llamada de la emisora policial para que se dirigieran a las 23.50 del sábado al número 7 de la calle del Marqués de Lema. En este lugar se levantaba en su momento el local Coppola, que está cerrado al público. Cuando llegaron, vieron que la puerta estaba entreabierta, que había gran cantidad de gente y que se oía música ambiente, como si se tratara de una discoteca. Además, los asistentes estaban bebiendo alcohol, pese a que gran número de ellos eran menores de edad. También estaban fumando.

En el exterior estaba un joven de 18 años que controlaba el acceso a la fiesta y que vendía la entrada a 15 euros, lo que daba derecho a tres copas de alcohol. Tras la barra, había gran cantidad de botellas de alcohol.

Los policías municipales decidieron desalojar el local, ya que en su opinión las medidas de seguridad e higiénicas eran “insuficientes y peligrosas para los asistentes”. La puerta de emergencia del local estaba totalmente obstruida debido a que el acceso exterior estaba clausurado.

Según el recuento que hicieron los agentes al desalojar el local, de forma organizada y tranquila, en el interior había 162 personas. Fue el antiguo propietario quien denunció los hechos al teléfono de emergencias 112. De hecho, no le constaba ninguna actividad en el mismo, por lo que quería que se identificara a los organizadores de la fiesta para emprender acciones legales.

A las 01.45 se presentó en el lugar la actual dueña del local e informó a los policías de que había arrendado el establecimiento al supuesto promotor de la fiesta por un periodo de dos meses para grabar material audiovisual. La mujer afirmó que no tenía idea de la actividad real a la que se estaba dedicando el local y que pensaba rescindir el contrato de manera inmediata. Fue la propia dueña la que cerró el establecimiento en presencia de los policías.




El País



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