24 jul 2016

Los zombies de la marihuana sintética



La peligrosa marihuana sintética ha vuelto a despertar las alarmas en Nueva York, donde se han hospitalizado decenas de persona por su uso en las últimas semanas


«Esto es una locura, una locura», repetía sin parar Brian Arthur, un vecino de Brooklyn que grababa con su móvil una escena estremecedora en Brooklyn. Ocurrió una mañana de la semana pasada cuando Arthur iba al trabajo, al pasar por las cercanías de la estación de metro Myrtle Avenue/Broadway, una zona habitual de menudeo de droga. Varios jóvenes eran atendidos por la policía y los servicios médicos de urgencia. Los chicos parecían desorientados, se tambaleaban. Uno tenía la mirada desorbitada, sin entender lo que pasaba a su alrededor. Otro trataba de mantener la verticalidad apoyado en escorzo contra un surtidor de agua. Más allá, otro estaba tirado en el suelo.

Arthur no tenía duda de lo que estaba ocurriendo, quizá porque la escena no le pillaba por sorpresa. «El K2 es peligroso, tíos, manteneos alejados de él», decía en la grabación, que volcó en su perfil de Facebook. El K2 es uno de los nombres con los que se conoce a la marihuana sintética -también es habitual denominarla Spice-, una droga que ha causado sensación y estragos en los últimos años en Nueva York y en otras ciudades de EE.UU.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades por ponerle coto, es una sustancia de fácil acceso y que sigue muy extendida. La mañana en la que Arthur grabó esas imágenes se desataron las alarmas: en un solo día, 33 personas fueron hospitalizadas.

Dos días después, los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. (NIH, en sus siglas en inglés) emitieron una alerta sobre el alto número de atenciones médicas. En solo tres días, 130 personas habían tenido que pasar por el hospital por consumir algún tipo de marihuana sintética.

De venta en tiendas

La sustancia lleva varios años en la calle, pero no preocuparon a la opinión pública hasta el año pasado, cuando se constató lo extendida que estaba y los efectos que causaba. En 2015, solo en Nueva York esta droga fue responsable de 6.000 atenciones en urgencias y dos muertes.

Normalmente se trata de una mixtura de hierbas con la apariencia de la marihuana, a las que se rocía con un spray químico de cannabis sintético, que contiene una versión artificial del tetrahidrocannabinol (THC), el principal constituyente psicoactivo de la marihuana.

Hasta hace poco, la droga estaba en un limbo legal e incluso era habitual encontrarla en las tiendas de barrio de las zonas conflictivas de Nueva York. A veces incluso estaban a la vista del consumidor, bajo nombres como Geeked Up, Smacked, White Tiger, AK-47 o Kick, en pequeñas bolsas en las que parecían ser una mezcla de especias.

Según la advertencia cursada por el NIH, los efectos de esta droga son mucho más fuertes e «impredecibles» que los de la marihuana natural. «En casos recientes en Nueva York, algunas sobredosis han sido similares a las que causan los opiáceos, como letargo y falta de respiración; en otros casos, han dado lugar a comportamiento perturbado y violento», decía la autoridad sanitaria.

En la calle, a quienes usan K2 los definen con una sola palabra: zombies. Así es como en muchas ocasiones han descrito los vecinos de zonas problemáticas en el Bronx, en Queens o en Brooklyn a quienes iban hasta arriba de esta droga y así se lo dijo Arthur a «The New York Times» para relatar la escena de la que fue testigo: «Era como una película de zombies».

Los expertos del NIH sospechaban que se hubiera vendido K2 mezclado con otros químicos tóxicos, ante la avalancha repentina de sobredosis, ya que desde el año pasado se había avanzado en la contención del avance de la droga.

Frenar al K2

Mientras que Nueva York se ha unido en los últimos años a la progresivalegalización de la marihuana en EE.UU. -se ha iniciado un programa de marihuana para uso médico y se ha relajado la persecución policial de la posesión de pequeñas cantidades-, las autoridades declararon la guerra al K2 cuando los medios locales retrataron la epidemia de su uso en algunos barrios marginales el verano pasado. Se intensificaron los arrestos por su venta y se promulgó una nueva normativa el pasado otoño que imponía cierres, multas y penas de prisión a las tiendas en las que se vendiese la sustancia. Las autoridades aseguraron en mayo que el número de atenciones hospitalarias se había reducido un 85% tras estas medidas.

Pero la avalancha repentina de sobredosis ha vuelto a despertar las alarmas entre las autoridades. «No lo hicimos bien cuando la epidemia del crack en los años 80», reconoció el presidente del distrito de Brooklyn, Eric Adams. «No permitiremos que pase lo mismo con el K2 y que se haga fuerte en nuestras comunidades».

El gobernador del estado, Andrew Cuomo, y el jefe de la policía de Nueva York, Bill Bratton, se comprometieron a intensificar la persecución del comercio de esta droga.

«Tenemos que educar al público sobre esto», aseguraba a la CBS George McDonald, fundador del DOE Fund, una organización para la reinserción de drogadictos y convictos, en una protesta en frente de una de las tiendas en las que se sospechaba que se vendía la droga que causó las sobredosis. «Esto no es marihuana, esto no es marihuana medicinal. Esto es muerte».





Fuente: ABC

21 jul 2016

La heroína regresa a España por la masiva oferta mundial de esta droga

El regreso silencioso de esta sustancia enciende las alarmas y destapa que Holanda es el gran supermercado de estupefacientes en Europa

Durante décadas se la llamó “caballo” y dio pie a multitud de metáforas. Recientes señales han alertado a la policía y a la UE, ante la amenaza de que el consumo de heroína en España vuelva a desbocarse. Sigue estable, pero por primera vez en la historia se han desmantelado laboratorios —en Valladolid y Cuenca— y se han producido sucesivas incautaciones: 56 kilos en abril en Tui (Galicia), 27 kilos en diciembre de 2015 entre A Coruña y Portugal, otros 16 a un grupo arousano en julio de 2015. Ese año se aprehendieron un total de 256 kilos, 12 más que el anterior. El origen de todo: Holanda, “el gran supermercado de la droga de Europa”.
Esta misma semana la Agencia Europea sobre Drogas (OEDT) alertaba, durante la presentación de su informe anual en Lisboa, sobre el peligro de “un efecto dominó” provocado por la entrada de la heroína procedente de Afganistán: “Según los últimos datos, ha crecido también el número de muertes por sobredosis. No está claro si ambos fenómenos están relacionados, pero la cuestión ha de ser investigada”.

EL PERFIL DEL NUEVO YONQUI

Frente a la imagen deteriorada del yonqui, otra nueva está surgiendo en torno al submundo de la heroína, según señalan los expertos en la lucha antidroga y los representantes de asociaciones contra el narcotráfico.
“Es gente joven, que no conoce lo que pasó en los ochenta”, dicen; que no se inyecta la heroína sino que la fuma, por lo que no tiene esa percepción del riesgo ligada al sida; que lo hace además para paliar los efectos de las otras drogas que consume, como la cocaína o el éxtasis, mucho más psicóticos; “En realidad, consumen heroína para compensar y relajarse”. Ese podría ser el perfil del nuevo yonqui.
Aquellos laboratorios se desmontaron en 2015, con químicos turcos que procesaban la morfina para hacer heroína. Y después el goteo de cargamentos en Galicia, una tierra vapuleada por esa droga pero donde los canales de los narcos siguen intactos, engrasados incluso por las horas compartidas por los capos en prisión.
Cuando la heroína parecía ya una droga del pasado, asociada a “una generación perdida” de jóvenes enganchados en los ochenta, y a los estragos causados por el sida, los expertos en la materia —desde ámbitos policiales, judiciales y sociales— coinciden en señalar “un repunte” preocupante, aunque de momento en España no se ha llegado a la “epidemia” que sacude algunas ciudades de Estados Unidos como Ohio. “Ahora, aunque no hay datos de un mayor consumo, usan la heroína como relajante, para compensar los efectos de otras drogas más excitantes como la cocaína y las sintéticas”, comenta el jefe de la Fiscalía Antidroga, José Ramón Noreña. Y así se percibe también en las asociaciones y fundaciones contra el narcotráfico en Galicia.

“Hay pruebas de innovación en la oferta de heroína en los mercados europeos y es posible un resurgimiento de esta droga”, advierte con contundencia el informe europeo. Las razones de la mayor presencia de heroína en el mercado son variadas, pero básicamente tienen que ver con la ley de la oferta y la demanda. “Desde que se fueron los soldados americanos y los cascos azules de  Afganistán, las plantaciones de amapolas se han disparado junto con la producción”, señala un responsable de la Brigada Central de Estupefacientes. “La entrada a Europa es desde Turquía, los turcos son los grandes comerciantes y tienen desplegada una tupida red de contactos”, asegura.
Lo cierto es que, según señalan agentes de enlace de la policía española en Holanda, son precisamente los clanes turcos los que controlan la recepción —por tierra y por mar— y la salida de la mercancía en el puerto de Rotterdam, el más grande de Europa. “El puerto y las barriadas colindantes, habitadas por una mayoría de inmigrantes de Turquía, son las que almacenan y dan salida a la droga y ahora mismo hay stock y está tirada de precio”, coinciden los expertos, que calculan que a un kilo de heroína (20.000 euros) se le pueden sacar 10.000 de beneficio, solo con el transporte. Este periódico quiso recoger la versión holandesa a través de su embajada y de su policía pero no se atendió la petición.

“Lo de Holanda ya era así desde la época del tabaco, toda la parte logística se llevaba allí, todas las investigaciones acababan allí. Por su forma de trabajar se les da muy mal la delincuencia organizada, ahora tienen también el terrorismo islámico y es que no se enteran”, dice el juez José Antonio Vázquez Taín, conocido por su lucha contra la droga como “el Garzón gallego”. “Para ellos la droga no es una prioridad”, coinciden especialistas de la Guardia Civil y de la Policía. “En España somos mucho más activos, ellos hasta que no lo ven…”, subraya el fiscal Noreña.
La heroína llega a España en dobles fondos de camiones de mercancías y oculta en vehículos. “Es más fácil de mover, son cantidades más pequeñas, no hablamos de contenedores como con la coca”, comenta un policía con años de experiencia en estupefacientes. “El único punto de mayor control lo encuentran en Francia por el temor yihadista, pero van y vienen de pillar a Holanda con mucha facilidad”, explica.
Galicia es lugar de destino principal, junto con Barcelona, Madrid y Zaragoza, porque los canales ya están abiertos desde los años del contrabando de tabaco y porque es frontera con Portugal. “Ahora se han detectado grupos de albanokosovares que la distribuyen a los dos lados de la frontera, desde Tui y Porriño hacia Portugal”, señala un responsable de la lucha contra el narcotráfico gallego. “Incluso usan los pueblos portugueses vecinos como guardería(almacén) porque saben que, aunque la colaboración policial es buena, dificultan las investigaciones”, apostilla un capitán de la Guardia Civil de Pontevedra. En Barcelona actúan grupos paquistaníes, etnia más numerosa en Cataluña, que recibe la mercancía desde su país en avión e incluso por paquetería postal.
En Galicia siguen siendo los mismos los que manejan el negocio, ante la mirada impasible de sus vecinos, que incluso frecuentan sus tiendas y bares. “Las grandes familias de narcos continúan activas”, señala un jefe de los Grupos de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (GRECO) en Galicia. “Muchos están saliendo ahora de la cárcel y vuelven al negocio, incluso con los contactos que han hecho en prisión: nunca dejan de trabajar”, bromea. Y, también “como siempre”, de la llegada al consumidor se encargan “los mismos gitanos”. Son ellos, con los sobrenombres de “príncipes” y “reyes”, los que la reparten por los llamados en todas partes poblados de la droga.

Fuente: El País

19 jul 2016

Prisión para el presidente de una asociación cannábica por traficante


El presidente de la que fuese la principal asociación de cannabis de Balaguer (Noguera) ha reconocido ante la Audiencia de Lleida que se dedicaba al tráfico de drogas y ha aceptado una pena de tres años de privación de libertad tras admitir que cultivaba y vendía marihuana.
La asociación canábica The Buldog tenía como funciones, según el registro de asociaciones, la realización de estudios sobre el cannabis y sus aplicaciones terapéuticas. En enero de 2014, los Mossos d’Esquadra cerraron de forma cautelar la asociación y detuvieron al presidente. Los agentes llevaban desde septiembre de 2013 investigando al máximo responsable de la entidad y llegaron a la conclusión de que aprovechaba sus condición de responsable de la asociación para vender marihuana que el mismo cultivaba. El acusado aprovechaba las redes sociales de la entidad para publicitar la asociación y captar a posibles los clientes a los que luego les vendía su marihuana.
Además de registrar la asociación, también entraron en un inmueble del presidente situado en una finca de la carretera de Menàrguens en Balaguer donde el detenido tenía dos naves en la que localizaron diversas plantaciones. Tras recolectar las plantas los agentes cuantifican en 4,5 kilos la marihuana recogida toda valorada en más de 4.600 euros.
El presidente, que tiene antecedentes, reconoció los hechos ante el tribunal y ha justificado que como consecuencia de su adicción a las drogas le llevó a cultivar estas plantaciones y a vender marihuana. El tribunal le ha condenado a tres años de privación de libertad –uno por un delito contra la salud pública y dos por asociación ilícita- y, además se ha ordenado la disolución de la asociación y la cancelación de su inscripción en el Registro de Asociaciones.


Fuente: el Pais

6 jul 2016

Estas son las cinco sustancias más adictivas de la Tierra, y estos son sus efectos en el cerebro


La capacidad de adicción de una droga depende de diversas circunstancias, como la activación del sistema de la dopamina del cerebro o la sensación de placer

¿Cuáles son las drogas más adictivas? La pregunta parece sencilla, pero la respuesta depende de a quién se pregunte. Según diferentes expertos, el potencial de una droga para ser adictiva se puede juzgar en función del daño que cause, de su valor en la calle, de en qué medida active el sistema de la dopamina del cerebro, de lo placentera que la gente dice que es, de en qué grado provoca síntomas de abstinencia, y de la facilidad con que se “enganchará” a ella quien la pruebe.
Existen otros aspectos para medir el potencial adictivo de una droga, e incluso hay investigadores que sostienen que ninguna es adictiva siempre. Dada la diversidad de opiniones de los especialistas, una manera de clasificar las sustancias causantes de adicción es consultar con grupos de expertos. En 2007, David Nutt y sus compañeros pidieron a diversos especialistas en adicciones que hiciesen una clasificación, y descubrieron varias cosas interesantes.

1. La heroína

Los expertos consultados por Nutt y su equipo situaron la heroína como la droga más adictiva y le otorgaron una puntuación de 3 sobre 3. La heroína es un opiáceo que hace que el nivel de dopamina del sistema de recompensa del cerebro se eleve hasta un 200% en animales de laboratorio. Además de ser probablemente la droga más adictiva, la heroína también es peligrosa porque la dosis que puede causar la muerte es solo cinco veces mayor que la necesaria para colocarse.
Asimismo, la heroína se ha clasificado como la segunda droga más nociva considerando el daño que causa tanto a los consumidores como a la sociedad. Se calcula que en 2009 el mercado de opiáceos ilegales, incluida la heroína, alcanzó los 68.000 millones de dólares en todo el mundo.

2. La cocaína

La cocaína interfiere directamente en el uso que el cerebro hace de la dopamina para transmitir mensajes de una neurona a otra. Básicamente, impide que las neuronas desactiven la señal de la dopamina, lo cual causa una activación anormal del circuito de recompensa del cerebro. En experimentos con animales, la cocaína hizo que los niveles de dopamina se elevasen más de tres veces por encima del nivel normal. Se calcula que entre 14 y 20 millones de personas consumen cocaína en el mundo, y que, en 2009, el valor del mercado de esta droga rondaba los 75.000 millones de dólares.
La cocaína interfiere directamente en el uso que el cerebro hace de la dopamina para transmitir mensajes de una neurona a otra
Los expertos han clasificado el crackcomo la tercera droga más perjudicial, y la cocaína en polvo, que produce un efecto más suave, como la quinta. Alrededor del 21% de las personas que prueba la cocaína se convertirán en dependientes de ella en algún momento de su vida. Esta droga es parecida a otros estimulantes adictivos, tales como la metanfetamina –que constituye un problema cada vez mayor a medida que se hace más accesible– y la anfetamina.

3. La nicotina

La nicotina es la principal sustancia adictiva del tabaco. Cuando alguien se fuma un cigarrillo, es absorbida rápidamente por los pulmones y transmitida al cerebro. Según el grupo de expertos consultado por Nutt y su equipo, la nicotina (el tabaco) es la tercera sustancia más adictiva.
Más de dos tercios de los estadounidenses que han fumado alguna vez dicen haberse convertido en dependientes a lo largo de su vida. En 2002, la Organización Mundial de la Salud calculó que había más de 1.000 millones de fumadores, y se prevé que, para 2030, el tabaco acabe con la vida de más de ocho millones de personas al año. Los animales de laboratorio tienen la sensatez de no fumar. Sin embargo, las ratas pueden apretar un botón para recibir nicotina directamente al torrente sanguíneo, lo cual hace que los niveles de dopamina del sistema de recompensa del cerebro aumenten más o menos entre un 25 y un 40%.

4. Los barbitúricos (“tranquilizantes”)

Los barbitúricos –también conocidos como “caramelos”, “bombones”, “barbis”, “demonios azules” o “muñecas”– son una clase de droga que se utilizó inicialmente para tratar la ansiedad e inducir el sueño. Interfieren en las señales químicas del cerebro, lo cual hace que diversas regiones cerebrales dejen de funcionar. A dosis bajas producen euforia, pero a dosis más elevadas pueden ser letales porque inhiben la respiración. La dependencia de los barbitúricos era frecuente cuando estos medicamentos eran de fácil acceso con receta, pero ha descendido drásticamente desde que se han sustituido por otros. Esto pone de relieve el papel que el contexto desempeña en la adicción: si una droga adictiva no es fácilmente accesible, no puede causar mucho daño. Los grupos de expertos de Nutt y su equipo situaron los barbitúricos como la cuarta sustancia más adictiva.

5. El alcohol

A pesar de ser legal en la mayor parte de los países occidentales, los especialistas consultados por el equipo de Nutt lo puntuaron con 1,9 sobre 3. El alcohol causa múltiples efectos en el cerebro, pero en experimentos de laboratorio con animales aumentaba los niveles de dopamina en el sistema de recompensa cerebral entre un 40 y un 360%. Además, cuanto más bebían los animales, más subían los niveles.
Alrededor del 22% de las personas que han tomado una copa desarrollarán una dependencia del alcohol en algún momento de su vida. La Organización Mundial de la Salud ha calculado que, en 2002, 2.000 millones de personas consumieron alcohol, y que en 2012 murieron tres millones por el daño que la bebida causó a su cuerpo. Otros especialistas han clasificado el alcohol como la droga más perjudicial.


Fuente: El País

3 jul 2016

Aumenta el consumo de heroína en España



Cuando la heroína parecía una droga del pasado y asociada a los jóvenes de los años 80, ha vuelto aparecer en España. Sin embargo el perfil del drogadicto ha cambiado, la heroína ahora no se inyecta, se fuma. El cambio en la forma del consumo se debe a que los jóvenes la asocian con el sida. Una enfermedad muy habitual en los consumidores como consecuencia del intercambio de jeringuillas, ya que al inyectárselas en vena el contacto con la sangre era directo y efectivo para contraerla.
Independientemente de la forma en la que se consuma, el aumento de esta droga se debe al abandono de Afganistán por parte de las tropas estadounidenses y el abandono de los cascos azules de Naciones Unidas, al no haber control ha aumentado el cultivo de opiáceos, planta con la que se hace la heroína. De allí la mercancía es trasladada a Turquía y se distribuye por Europa, siendo Holanda el país distribuidor. El hecho de que se haya descubierto un gran aumento es porque ha ascendido el número de incautaciones en Europa de grandes cantidades.
En España el aviso del retorno de la heroína se debe al reclutamiento de dos laboratorios clandestinos de procesamiento de morfina, por lo que los traficantes tienen como objetivo crear un mercado potente en nuestro país.
El problema es que conlleva el aumento del patrón de adicción. Los centros de rehabilitación advierten que la heroína se utiliza con frecuencia para compensar el efecto de otras sustancias como la coca o las anfetaminas, al actuar la heroína el nerviosismo y el éxtasis generado por las otras drogas se calma. Además, es la droga que más efectos devastadores provoca, tanto para la salud física como mental.
El retorno aún no ha incidido en las estadísticas de consumo, pero si no se frena es probable que suceda. Si no se toman las medidas pertinentes la heroína volverá a ser un grave problema de la salud pública, como fue en los años ochenta. Los problemas de drogodependencia suponen un rápido proceso de degradación social que conduce a la exclusión, por ello se deben tomar medidas, no solo en la heroína, sino en todas las drogas.

FUENTE:

www.guiaongs.org