El consumo de drogas al volante se ha disparado en España y
cada vez tiene mayor peso como causa principal de los accidentes mortales de
tráfico. La imagen de un conductor pasando un control de drogas es ya habitual
en las carreteras. Si antes algunos de los conductores que optaban por coger el
coche durante el fin de semana, sólo vigilaban de cerca la cantidad de alcohol
que tomaban por miedo a los controles de alcoholemia, desde 2010 los
imprudentes al volante pueden vérselas con los llamados 'test de drogas». Y es
que al igual que ocurre en el conjunto de España, en las carreteras almerienses
muchos conductores llevan esos días un 'acompañante' invisible pero
potencialmente letal: los estupefacientes.
Paradójicamente, el consumo de alcohol ha descendido paulatinamente
entre los conductores. Esta realidad se debe principalmente una «mayor
concienciación» entre los conductores y el constante trabajo que lleva a cabo
la Dirección General de Tráfico (DGT) a través de las campañas informativas
sobre los riesgos que conlleva mezclar las bebidas alcohólicas con el volante.
Sin embargo, el consumo de estupefacientes entre los
conductores se ha extendido entre las carreteras de la provincia y en el
conjunto del país, pese a las campañas informativas que también se han llevado
a cabo en este ámbito.
«Pruebas en cualquier carretera y a cualquier hora», ese es
el lema que persigue la DGT
Las cifras hablan por sí solas. Según los datos facilitados
por la Jefatura Provincial de Tráfico a este periódico, más de la mitad de los
test de drogas que los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil
han practicado en territorio almeriense a lo largo de este año han dado
positivo.
En concreto, en lo que va de 2016 los agentes de la
Agrupación de la Benemérita, apoyados por agentes municipales de las
principales localidades de la provincia, han practicado en la red de carreteras
de Almería un total de 78 pruebas de drogas, de las que 65 han sido positivos,
lo que supone el 83,3% del total.
Se trata de unas cifras «muy preocupantes», indican desde la
DGT. Máxime al observar que los positivos han crecido más de un 40% respecto
las pruebas realizadas a lo largo del pasado año, cuando los positivos
alcanzaron el 50,70% a lo largo de las cuatro campañas contra el consumo de
drogas que fueron coordinadas en territorio almeriense.
Según los datos facilitados por Tráfico, la inmensa mayoría
los conductores que dieron positivo por estupefaciente habían consumido
previamente cannabis y cocaína antes de
ponerse al volante. Unas sustancias que casi siempre vienen acompañadas por el
consumo de alcohol.
Y a pesar de que el número de pruebas antidroga no
alcanzaron el centenar durante el pasado, cabe destacar que estos test se
realizaron de manera «aleatoria, a distintas horas y carreteras», lo que pone
de manifiesto que el consumo de sustancias estupefacientes entre conductores
«es muy elevado», indican desde el organismo que vela por la seguridad del
tráfico.
Cabe recordar que la DGT ha decidido incrementar de forma
exponencial en los dos últimos años los controles sobre el consumo
estupefacientes. «Pruebas en cualquier carretera y a cualquier hora». Ese es el
lema que persigue Tráfico a tenor de los resultados tan preocupantes que han
arrojado este tipo de test desde que se pusieron en funcionamiento.
Nueva campaña
Por este motivo, la DGT llevará a cabo durante esta semana
una nueva campaña contra el consumo de drogas y alcohol. Tráfico ha hecho
coincidir este dispositivo, que se extenderá hasta el próximo domingo, con las
celebraciones navideñas.
Restaurantes con todas las reservas agotadas. Esta es la
estampa que presenta Almería en las semanas previas a la celebración de la
Navidad. Y es que la mayoría de las empresas de la provincia convocan a sus
trabajadores para celebrar comidas y cenas con motivo de estas fechas. En estas
reuniones, que generalmente implican coger el coche, provocan que el consumo de
alcohol aumente entre la población.
Durante una semana, la Guardia Civil de la provincia
intensificará los controles sobre este factor de riesgo de accidente,
estableciendo controles por toda la geografía almeriense, y «no sólo estarán
por la noche, sino también en horarios cercanos a la finalización de las
comidas», informan desde la DGT. Asimismo, como en campañas anteriores, varios
ayuntamientos de la provincia van a colaborar en la campaña, montando controles
de alcoholemia en los cascos urbanos de sus respectivas localidades. Los
agentes municipales también podrán practicar test de drogas, ya que han sido
formados por la Jefatura Provincial para que puedan realizar estas pruebas en
casco urbano, una de las localizaciones que más ha reforzado Tráfico para
combatir el consumo de estupefacientes al volante.
Penas de prisión
La aparición de las pruebas de estupefacientes en las
carreteras de la provincia ha supuesto «un antes y un después», indican desde
Tráfico. Hasta hace un par de años, las drogas eran los «acompañantes»
invisibles de los conductores pero mucho «más letales» para la seguridad del
conductor y de sus acompañantes.
Cabe recordar que la reforma de la Ley de Tráfico y
Seguridad Vial, aprobada el pasado año, contempla que conducir bajo la
influencia de las drogas puede acarrear condenas judiciales de entre tres y
seis meses de prisión o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de
la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir por un periodo
situado entre uno hasta cuatro años.
Mientras que los que conduzcan tras haber bebido alcohol y
presenten tasas superiores a 0,60 mg/l en aire o 1,2 gr/l en sangre, se
enfrentan a penas de cárcel de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o
trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho
a conducir de uno hasta cuatro años.
Tal y como se observa en el último Anuario del Ministerio de
Interior, relativo al 2015, la Agrupación de Tráfico de la Benemérita
almeriense detuvo o investigó ese año a 479 conductores por delitos
relacionados con la Seguridad del Tráfico, de los que el 54% fueron por circular
bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Y el 43,1% de los conductores fallecidos en accidente de
tráfico durante el pasado año circulaban bajo los efectos de drogas, alcohol o
psicofármacos, según recoge la memoria sobre víctimas mortales en accidentes de
tráfico de 2015, elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias
Forenses. Un informe que pone de manifiesto la peligrosidad de este consumo.
Fuente: Ideal