2 feb 2012

El alcohol puede afectar de manera irreversible el desarrollo del cerebro de los menores de 25 años.

FUENTE:  Europa Press


El consumo abusivo de alcohol puede dañar de manera irreversible el desarrollo del cerebro de los menores de 25 años, ya que es a esta edad cuando termina de madurar. Además, los jóvenes que se inician a una edad temprana en su ingesta --en la actualidad está fijada en los 13 años-- aumentan sus posibilidades de llegar a ser alcohólicos y adictos a otras sustancias.

Estas son las principales conclusiones que ha expuesto la jefa del Laboratorio de Patología Celular del Centro de Investigación Príncipe Felipe, Consuelo Guerri, en la presentación de XX Jornada sobre Drogodependencias titulada 'Alcohol, ¿hablamos?'.

En ella, también intervino el director general de la FAD, Ignacio Calderón, el jefe de Servicio del Plan Municipal de Drogodependencias, Francisco Bueno, por el científico de la Universitat de València (UV) José Manuel Almerich, y María Jesus Mateo, de la conselleria de Sanidad.

Al respecto, ha explicado que el consumo abusivo puede ser muy perjudicial para los consumidores, sobre todo si éstos son menores de 25 años pues ya que hasta esa edad, el cerebro humano está todavía en formación, por lo que los daños neuronales que se producen durante esa etapa de maduración y desarrollo son "irreversibles".

Esta científica ha advertido además de que los experimentos que se han realizado demuestran que esta mayor neurotoxicidad se produce en regiones implicadas en la memoria y el aprendizaje, como son el hipocampo y la región prefrontal. Por ello, los adolescentes con altos índices de consumo concentrado en poco tiempo tendrán problemas en el medio escolar y también en la conducta ya que se ha constatado que se vuelven más agresivos.

Guerri ha expuesto que para entender los problemas que genera hay que hacer también una Biología de esta sustancia ya que a diferencias de otras drogas el alcohol tienen propiedades beneficiosas. Así, un consumo moderado, un vaso al día, es un protector cardiovascular pero hay que tener en cuenta que en determinados colectivos no deberían ingerir ninguna cantidad, como las mujeres embarazadas porque daña el cerebro del feto, así como los enfermos de hepatopatía o para los exalcoholicos.

En el caso de los jóvenes, el problema surge porque se ha cambiado el patrón de consumo del mediterráneo al de los países anglosajones basado en un consumo abusivo e un corto espacio de tiempo.