Recopilado de agencias por MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ, Director del CENTRO TERAPÉUTICO VALLE DEL TIÉTAR – Pelayos de la Presa – Madrid – ESPAÑA Centro de iniciativa privada para el tratamiento de todo tipo de adicciones y problemas psicológicos
Todos los balances sobre la lucha contra los narcóticos terminan con las mismas siete letras: FRACASO. Así lo sentenciaron en los últimos meses la Comisión Global de Política de Drogas, la Cumbre de las Américas y la oficina de la ONU contra las drogas (Onudd).
A idéntica conclusión llegan individualmente los países. El año pasado reportó Perú un ascenso del 2 por ciento en los cultivos ilícitos, y en Colombia aumentaron, en el mismo período, de 62.000 a 64.000 las hectáreas sembradas. Uruguay, desesperado de chocar contra la misma roca, optó por descriminalizar el consumo de droga, por lo que Estados Unidos y sus instrumentos internacionales intentan convertirlo en país paria. Felipe Calderón, presidente saliente de México que deja un balance de 60.000 muertos en la lucha contra la droga, pidió con angustia al Congreso de Estados Unidos una revisión de la cruel e inútil estrategia. Varios gobiernos ven con horror cómo avanzan en Centroamérica las mafias desplazadas de México.
Faltaba solo un veredicto, el inapelable, y es el del mercado, aquel que contrasta oferta y demanda, volumen de producción y volumen de consumo. Un informe del International Herald Tribune acaba de ofrecerlo. Según la DEA (Oficina Antinarcóticos de EE. UU.), el gramo callejero de cocaína cuesta 74 por ciento menos que hace 30 años, cuando empezó la tal 'Guerra contra la droga'. En la última década, el precio cayó un 16 por ciento y, en cambio, el consumo subió: el año pasado, 4 de cada 10 bachilleres admitieron haber consumido sustancias ilícitas, al paso que en 1992 eran solo 3 de cada 10.
La explicación es contundente: el precio baja porque aumenta la oferta y la oferta aumenta porque el consumo sube. Parece increíble que la meca del capitalismo no logre entender el abecé del mercado, cuyas leyes merecen el acatamiento casi teológico de las autoridades cuando quiebran a millones de ciudadanos inermes, pero que, al tratarse de droga, pretenden combatir con armas y prisiones (la mitad de los presos gringos pagan condenas por narcóticos).
Más de 15.000 muertos al año por la violencia narca... Niveles de corrupción que tocan a generales y congresistas... Presupuestos colosales destinados al fracaso (Estados Unidos gasta cerca de 25.000 millones de dólares cada año)... Inestabilidad que amenaza la precaria democracia de algunos países... Formación de mafias tenebrosas y mafiosos sin escrúpulos... Estos son efectos de prohibir un producto que se vende cada vez más barato en las calles de Nueva York y cuyo consumo aumenta.
Todos sabemos que basta con una señal de Washington para que la situación empiece a cambiar. ¿Cuándo piensa asumir Estados Unidos su responsabilidad histórica en esta devastadora tragedia?
ESQUIRLAS. 1) Paso a otra droga que sí me gusta. Los mundos autorreferentes, como la música, la poesía, la religión y el fútbol, generan su propia reinterpretación de la realidad. Es fascinante que la Roja, la selección española de fútbol, haya confirmado su título como la mejor del continente y del mundo en una Europa que trapeaba con España; y que Italia, otra menesterosa, sea la subcampeona. Mientras tanto, las engreídas selecciones de Alemania e Inglaterra salieron humilladas del torneo. 2) El rojo está de moda. Augurio: Santa Fe será campeón. 3) Indigna el irrespeto de Adidas, patrocinadora de la Eurocopa, con la cultura de países de su órbita comercial. Cuando la Roja volvió a Madrid como bicampeona europea, Adidas la recibió con un enorme tinglado callejero y un bus especial. En ellos, los grandes letreros estaban en inglés. ¿Les hablará también en inglés a los niños del tercer mundo cuyo trabajo explota? 4) No veo como una guerra contra el vallenato, sino como un complemento lógico, la reivindicación de la música sabanera de acordeón que promueven compositores e intérpretes del Gran Bolívar. Bien merece estar Adolfo Pacheco al lado de Rafael Escalona, Leandro Díaz y Alejo Durán.
Miguel Ángel López - CTVTiétar - Pelayos de la Presa – Madrid - ESPAÑA